Accedemos al interior de la biblioteca y, como era de esperar, ¡está llena de gente! Tantas semanas de cuarentena han hecho estragos en los estudiantes, que ahora se ven obligados a estudiar como si no hubiera mañana para poder recuperar lo que queda de curso…
Ésto complica las cosas… Debemos encontrarnos con un posible confidente aquí, pero.. ¿Cómo hacerlo? Tenemos una mujer con cara de mala leche vigilándonos y señalando un enorme letrero que pone «Silencio, por favor». Será mejor que revisemos los datos de las tarjetas de los confidentes… Quizá así encontremos la forma de contactar con la persona a la que estamos buscando, de la cual sólo sabemos que se dedica al diseño gráfico.
Tras haber contactado con la persona confidente, recorres la biblioteca hasta el pasillo del fondo y… voilá! Allí está la famosa mochila azul cerrada con un candado de tres números…